El
Barcelona se mueve rápido, el club catalán no quiere esperar a
realizar la tan ansiada revolución de vestuario, y es que quieren
cerrar las negociaciones antes de disputarse el Mundial de Brasil, ya
que sabe que muchos de sus posibles refuerzos pueden aumentar el
precio con una buena actuación en dicha competición.
Después
de tener cerrados los fichajes de Halilovic y Ter Stegen, es de nuevo
un portero el que ocupa el interés de los directivos azulgranas, y
es que tanto Valdés, por voluntad propia, como Pinto, por decisión
técnica no continuarán la temporada que viene. El segundo
cancerbero que ya tienen apalabrado es el chileno Claudio Bravo.
Pero
no es la palabra del guardameta lo que preocupa al club, sino el
precio que le tocará desembolsar al Barcelona, y es que ahora mismo
el club vasco se refugia en la cláusula de Bravo que asciende hasta
los 30 millones de euros, cifra que el Barça no está dispuesto a
desembolsar, el club catalán estaría dispuesto a pagar 10 millones
de euros, precio más que razonable si tenemos en cuenta que el
portero ya tiene 31 años, todo un veterano.
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